18 de diciembre de 2006

TODO SIGUE IGUAL

La noticia del proyecto de ley del Estatuto del periodista profesional, conmocionó sin duda a muchos periodistas. Al fin, se intentaba proteger a los profesionales del periodismo y reconocer sus derechos específicos. Sin embargo, una vez en manos de los profesionales de la información, se echaron en falta las soluciones a los verdaderos problemas.

La FAPE y la APM, han sido las encargadas de mostrar sus discrepancias ante el proyecto. Aun siendo una buena iniciativa por el Grupo Parlamentario Izquierda Verde, Izquierda Unida e Iniciativa per Catañunya Verds, hay muchas lagunas por cubrir. Los periodistas piden una solución al intrusismo en la profesión, pidiendo que sólo los titulados en la misma puedan ejercerla. Además, desean frenar los abusos en las condiciones de trabajo, como en la contratación.

El Grupo Parlamentario quizás no tuvo en cuenta las dificultades que deben hacer frente los periodistas, por lo que no recogieron estas cuestiones de su interés. La mejor solución para llevar a cabo un buen proyecto de Estatuto del periodista, es conjugar los deseos de unos con los de otros, y sobre todo escuchar a todos los profesionales o a las asociaciones u organismos que los representan.

DISCREPANCIAS EN LA REGULACIÓN

Ante el congreso de los diputados, el grupo parlamentario de Izquierda Verde, Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya Verds presentaron una proposición de ley del Estatuto del periodista profesional. Con su proposición querían regular de mejor forma la profesión. Sin embargo, la FAPE y la APM, representando la voz de muchos periodistas españoles, aunque de acuerdo en algunos puntos, presentan una serie de objeciones al mismo.

LAS DISCREPANCIAS

1 . En el artículo 1 del Estatuto del periodista se define al periodista profesional como aquella persona que ejerce el periodismo como “ocupación principal y obtiene remuneración” por ello. La FAPE y la APM advierten que la definición no es adecuada al no requerir la titulación para ser periodistas.

2. En el artículo 2, el Estatuto presenta un carné que acredite la condición de periodista profesional, que será otorgado por un Consejo Estatal de Información. En este caso, la FAPE y la APM, califican de error la creación de este consejo al mostrar su incompatibilidad con la democracia y la Constitución.

3. En los artículo 4, 5 y 6 del Estatuto se define los conceptos de periodistas a “la pieza”,“freelance” y colaboradores. Los representantes de los periodistas españoles por su parte, admiten que son conceptos imprecisos e inútiles al no acoger sus condición laborales. Se hace hincapié al hablar de los colaboradores ya que primero se les da unos derechos como periodistas que luego se les niegan.

4. Al igual, la FAPE y la APM, discrepan sobre las incompatibilidades del ejercicio de la profesión recogidas en el artículo 8. Ambas organizaciones echan en falta la referencia a los intereses de las profesiones incompatibles con el periodismo.

5. Sobre el artículo 9 y 10, también se dan réplicas. En el primero se habla de un Código Deontológico que es arbitrario, ya que su cumplimiento viene de la voluntad del periodista. En el artículo 10, se presenta un régimen de sanciones que es dado por inadecuado e insólito.

6. Los contenidos de los artículos comprendidos entre el 11 y el 20, despiertan el interés de La FAPE y la APM, aunque es considerado redundante ya que existen leyes en vigor que los recogen. Igualmente, se preocupan por las excepciones que el artículo 15 incorpora al secreto profesional.


ALGO EN COMÚN


A pesar de todo, existen algunos puntos donde se comparte lo recogido en el Estatuto:

Los artículos 19 y 20, que acogen los derechos de autor y los de firma de los periodistas.

De la misma forma se aprueba la presencia de consejos de redacción en los medios, pero se desaconseja que estos no intervengan tanto como en los artículos se indica.

11 de diciembre de 2006

UN BUEN MÉTODO

Como solución para proteger los compromisos que guarda el periodista con el ciudadano se elabora la teoría del cortafuegos. La cual encierra la idea de que el periodista trabajará mejor si está aislado del resto de la empresa. Es decir, el trabajo será más eficaz si redactores y resto de la empresa, no guardan relación.

Ante la inutilidad del cortafuegos se elaboran unos puntos que determinan la relación que debe existir entre la empresa y el periodista.

1. Tanto el propietario como la empresa deben de comprometerse con el ciudadano. Ambas partes deben de creer en los valores del periodismo.

2. Se debe de contratar directivos que piensen en el ciudadano. Así los objetivos del medio de comunicación entendido como empresa, se realizaran teniendo en cuenta lo que busca el ciudadano.

3. Establecer y declarar conceptos básicos claros, de esta forma todos los trabajadores valoraran de igual forma el trabajo realizado por el otro.

4. Los periodistas tienen la ultima palabra sobre las noticias, ya que ellos son los profesionales en comunicación.

5. Se debe comunicar al lector de forma clara los criterios de funcionamiento del medio de comunicación. De esta manera, el lector sentirá saber toda la verdad del medio y le inspirará mas confianza.

Si los requisitos de esta lista se cumplieran en todos los medios, el periodismo no pasaría por ninguna crisis. Los lectores tendrían clara la función que desempeñan y que tras su trabajo no se aspira ni a la fama ni a la riqueza, sino a contribuir a un bien social.

UN NO A LOS BENEFICIOS

En la actualidad, los principios del periodismo se siguen erosionando. El problema no sólo aparece cuando un periodista se desvincula de los objetivos de su profesión. Sino también, cuando los propietarios del medio para el que trabaja le obligan a hacerlo.

Ya se sabe que los medios de comunicación se configuran como cualquier empresa, ofreciendo sus informaciones como productos. Estas empresas comunicativas, también poseen una serie de intereses y objetivos que desean cumplir. Sin embargo, su forma de conseguir sus intereses no puede llevarse a cabo sin la responsabilidad social que requieren los medios de comunicación.

Puede suceder que los directivos de un medio obliguen a un periodista a realizar sus informaciones violando algún principio del periodismo, solo para obtener beneficios económicos. En este caso se deja de lado la lealtad que se debe de guardar a los lectores a la hora de contar las informaciones.

Así, ante los hechos, parece ser incompatible el éxito empresarial de un medio de comunicación guardando respeto a los lectores y a la profesión. Realmente, es una equivocación. Si se redactan las noticias con veracidad y lealtad, los lectores tendrán confianza en el medio, y lo seguirán, pudiendo aumentar su índice de lectura a lo largo de los años.